viernes, 13 de marzo de 2015

Florentino Ameghino

Florentino Ameghino
"No entraremos aquí en la discusión acerca del año de nacimiento de Florentino Ameghino: sea el 1853 en Italia o el 1854 en la Argentina, apenas puede negarse su carácter de científico argentino.

"Argentino fue el niño que recogía huesos en las barrancas de Luján, mientras cursaba las primeras letras bajo el ala protectora de un buen maestro que lo trajo a Buenos Aires para que ingresara en la escuela normal. Argentino fue el adolescente que al cursar su carrera, que por circunstancias ajenas hizo a medias, visitó el Museo [de Ciencias Naturales, de Buenos Aires, hoy llamado Bernardino Rivadavia] y conoció sus colecciones. Y argentino fue el joven que en Mercedes, como maestro y luego director de escuela, emprendió durante nueve meses 'el estudio de los terrenos de la pampa haciendo numerosas colecciones de fósiles e investigaciones geológicas y paleontológicas que demostraron la existencia del hombre fósil en la Argentina'.

"En 1875 Ameghino hizo conocer sus primeras especies nuevas, mientras que en ese año y en el siguiente se presenta en los concursos de la Sociedad Científica con siete cajas de fósiles y una monografía sobre el cuaternario. Pero la preocupación de los hombres de la Científica de entonces era el progreso material del país y el aprovechamiento de sus materias primas, y no fósiles o discusiones sobre el cuaternario. El hecho es que sus fósiles merecieron la última de las catorce menciones honoríficas y la memoria no fue aceptada.

"Tres años después Ameghino fue a Europa con su ya abundante colección, que presentó en la Exposición Internacional de París. Su estada en Europa fue fructífera; siguió cursos, visitó museos, se relacionó y conoció sabios, publicó La Antigüedad del Hombre en el Plata (1880-1881) y, en colaboración con Gervais, Los Mamíferos Fósiles en la América Meridional (1880), más tarde traducido al francés.

"En 1881 regresó al país, instalando el año siguiente en Buenos Aires una librería de nombre significativo y ya famoso, la librería del 'Glyptodón'. En 1884, año en que escribe Filogenia, la universidad cordobesa le ofrece una cátedra de zoología que aceptó, residiendo un par de años en Córdoba, que aprovechó para estudiar la geología y paleontología de la región y para publicar numerosas memorias en las publicaciones de la Academia. Así llenará él solo el Tomo VII de las Actas, de 1889, con su monumental Contribución al conocimiento de los mamíferos fósiles de la República Argentina, que fue premiada en la Exposición Universal de Buenos Aires.
Francisco Moreno

"En 1886 Moreno [Francisco P. Moreno] designó a Ameghino secretario-vicedirector del Museo de La Plata, encargándole la sección de paleontología, que Ameghino enriqueció con sus colecciones. Pero la permanencia de Ameghino en el Museo fue breve, aunque quedó (sic) sin embargo en La Plata, donde volvió a instalar una librería. Y si en 1892 no ocupó la dirección del Museo de Buenos Aires fue porque en cierto sentido ya Burmeister había designado su sucesor en la persona de Berg. Pero lo que no ocurrió en 1892, ocurrió en 1902, pues al fallecer Berg, Ameghino, profesor en ese mismo año de mineralogía y geología en La Plata, es designado director del Museo, a cuyo frente estuvo hasta su muerte en 1911.

"Al hablar de la obra de Florentino Ameghino no puede dejar de mencionarse a su hermano Carlos Ameghino (1865-1936), que fue su eficaz colaborador, recorriendo la Patagonia y enviando datos y minerales al hermano para su estudio e interpretación. Carlos formó parte del personal del Museo, [de Buenos Aires] que dirigió interinamente entre 1917 y 1923.

"La obra científica de Ameghino comprende dos aspectos. Por un lado está la labor descriptiva del geólogo y sobre todo del paleontólogo, de valor perenne e indestructible. Casi el ochenta por ciento de las especies de mamíferos fósiles que describió en su obra de 1889 son descubrimientos propios. Con la labor de los Ameghino y de Hermann von Ihering (1850-1930), fundador y director del Museo Paulista, a quien Ameghino confió el estudio de los invertebrados fósiles de sus colecciones, la paleontología argentina realizó progresos fundamentales.

"El otro aspecto de la obra de Ameghino está representada por las bases teóricas sobre las que estructuró sus descubrimientos y observaciones y por los fundamentos filosóficos de esas bases.

"Esos fundamentos filosóficos, sintetizados en Mi Credo y en Los Cuatro Infinitos, pudieron ser el resultado de su formación de autodidacto o un fruto de la época, pero aquellas bases teóricas son de un innegable valor científico. Es sabido que la tesis que sustentó Ameghino, y por la cual luchó toda su vida, consiste en suponer un origen americano para el hombre y que el suelo argentino, o algún territorio cercano a él, fue la cuna de la especie humana. Al servicio de esta doctrina antropológica Ameghino puso todos sus hallazgos paleontológicos y sus interpretaciones de carácter geológico y estratigráfico. Esta doctrina implicaba la adhesión a la teoría de la evolución, aún no aceptada entonces por todos los naturalistas. Y Ameghino fue evolucionista, transformista como entonces se decía, apasionadamente transformista.

Fuente (fragmento)
"Ameghino fue más que eso: un sabio auténtico, por el valor de sus investigaciones científicas, por su fe en una teoría revolucionaria que previó duradera y fecunda, por la audacia y vuelo de sus doctrinas, por su adhesión vital, en cuerpo y alma, a la ciencia."

Tomado de:
José Babini, La Ciencia en La Argentina, Eudeba, 1963.